La condición de la piel no es algo que se mantenga constante a lo largo del tiempo. Agresiones ambientales, cambios hormonales, reacciones a medicamentos/productos de cuidado e incluso el cómo nos encontremos emocionalmente son sólo algunos motivos que puede ir afectando nuestra piel. Y sí, cuando estamos frente a una nueva estación, nuestro rostro también lo manifiesta con diversas señales. Es por eso que nunca está demás revisar tu rutina, analizar el estado actual de tu piel y analizar si es necesario hacer algunos cambios o ajustes.
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¿Sientes que tus productos están ayudando a tratar las necesidades actuales de tu piel?
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¡Si la respuesta es no, entonces te invitamos a seguir leyendo!
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Cuando bajan las temperaturas también comienzan los desbalances en la piel.
En invierno, nuestro tono de piel se ve un poquito más pálido pero no es sólo por la falta de sol, sino también porque durante los meses de frío se contraen los capilares y disminuye la irrigación, afectando directamente en la nutrición y oxigenación de esta.
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Por otro lado, los niveles de sebo disminuyen y esta disminución de la función sebácea va afectando directamente a la mantención de nuestra barrera.
Y aunque seas un "inviernista" de corazón, en esta época siempre hay mayor dependencia a los calefactores y estufas. Lo anterior afecta directamente en la disminución de la humedad ambiental, y como resultado, todo lo mencionado influye en que nuestra barrera se sensibilice un poquito más de lo normal. Por eso, es común que en temporadas frías notemos una piel más propensa a la inflamación, deshidratación, picazón, entre otros.
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Si bien no es una obligación ni una regla cambiar tooooda tu rutina de cuidado, debes ir "escuchando" las necesidades de tu piel, analizar cómo se manifiesta frente a estos cambios y así, mejorar lo que sea necesario dentro de nuestras posibilidades.
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¿Qué recomendamos para tu rutina?
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀Usar limpiadores gentiles y con fórmulas hidratantes para evitar un mayor desbalance. Así, ayudarás a mantener la piel humectada y una barrera más sana.
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Prefiere tónicos hidrocalmantes para ayudar a desinflamar y descongestionar la piel sensibilizada por las agresiones a las que se ha expuesto la piel en invierno.
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Elige ingredientes reparadores y que fortalezcan la barrera para retrasar la pérdida de agua. Las ceramidas, colesterol, ácidos grasos benefician a todo tipo de piel.

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Pero ojo que no todo recae en productos, hay ciertos tips para la vida cotidiana que pueden ser de gran ayuda durante esta temporada.
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Invierte en un humidificador para contrarrestar la falta de humedad ambiental.
Este ítem es idea para si tienes la piel seca o si estás expuesto a lugares calefaccionados. Con él, ayudas a equilibrar la temperatura y calmar la piel de las agresiones.
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Hidrata durante el día con brumas. Quizás viste esta recomendación en verano para sentir tu piel fresca e hidratada, pero en invierno son ideales cuando no cuentas con un humidificador ya que en menor proporción, igualmente pueden compensar compensar la falta de humedad en caso que sientas la piel más seca o tirante durante el día.
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Toma duchas más cortas y evita usar agua caliente. Esta última es el peor enemigo de la piel seca y/o deshidratada ya que justamente afecta en que la hidratación se evapore más rápido de lo normal. ¿Haz sentido la piel tirante y agrietada tras cada ducha? Evita que siga pasando regulando la temperatura de esta, reduciendo el tiempo de duración y humectando tu piel al instante. Así además de cuidar tu rostro, cuidas el resto de tu cuerpo, incluyendo las manos que tanto sufren.
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¿Pensaste que no te lo mencionaríamos?
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El protector solar sigue siendo importante esta temporada.
Recuerda que la radiación solar está presente durante los 365 días del año y el daño es acumulativos.
¡No lo olvides!