5 errores comunes en tu rutina de skincare
Con miles de productos para el cuidado de la piel disponibles en el mercado, puede ser difícil saber por dónde empezar al crear una rutina de skincare. Y una vez creada -lo que constituye un gran paso- es posible que aún así no estés viendo los resultados que deseas.
Y es que es muy común que al implementar una rutina de cuidado de la piel, sin querer adquiramos algunos malos hábitos sin saberlo. El mundo del skincare puede parecer complicado: hay mucha información disponible y es difícil saber en ocasiones qué es lo más adecuado para ti, por lo que es fácil cometer errores, especialmente cuando estás empezando.
Incluso si aparentemente tienes todos los productos correctos para el cuidado de tu piel y sus necesidades, es posible que existan errores en la forma de aplicarlos.
¡Descubre las maneras más comunes en las que puedes estar saboteando tu cuidado de la piel sin saberlo!
En los últimos años, la expansión de la rutina coreana ha traído consigo una serie beneficios para muchos de los amantes del cuidado facial. Sin embargo, al existir tanta información relacionada a los 10 pasos, llega un punto en que no sabemos distinguir qué es lo que realmente necesitamos, o acumulamos más de lo que somos realmente capaces de usar.
Es por eso que muchas veces sentimos que hemos creado la rutina perfecta, pero pasa el tiempo y nuestra piel no dice lo mismo. Así que hoy, te invitamos a seguir leyendo para ayudarte a corregir los cinco errores más comunes a la hora de cuidar tu piel.
Comenzar una rutina de 10 pasos de la noche a la mañana.
Sin duda, este es uno de los errores más comunes, pero también el que más preocupa. Si bien en K-Beauty existen 10 y más pasos, esto no quiere decir que todos se deban realizar. E incluso, por más que quisiéramos, existen varios productos que no son de uso diario, o bien, muchos de ellos son sólo para una parte del día, como el protector solar por ejemplo.
La dermatitis de contacto es uno de los problemas más comunes del último tiempo. Es por eso que en vez de abrumar tu piel con tantos pasos desconocidos para ti, primero aprendas a conocerla y vayas con la rutina poco a poco. Si tu piel se siente bien con 4 pasos u prefieres 8, ¡está perfecto! Nadie más te conoce mejor que tú.
Comprar por tendencia y no saber si se adecúa a mi tipo de piel.
Cada temporada aparece algún producto que se transforma en el número 1, y aunque muchas veces nos cueste admitirlo, siempre es difícil contenerse ante un producto que se roba la atención en todas las redes sociales.
El problema es que por más que un producto o marca sea tendencia, o por más que la fórmula sea segura y le funcione bien a una persona de confianza, siempre debes recordar todos tenemos distintas sensibilidades y necesidades, por lo tanto podemos reaccionar completamente diferente. Es por eso que además de saber conocer nuestra piel, es fundamental ser un consumidor responsable y testear previamente cualquier producto nuevo en el antebrazo o tras la oreja antes de hacerlo directamente al rostro y exponerte a reacciones
Usar la misma rutina todo el año.
Nuestra piel siempre está en constante cambio, y los factores climáticos juegan un rol súper importante en el comportamiento de esta. Por lo tanto, no te extrañes si tu rutina de invierno ya no te sienta tan bien en verano, es completamente normal.
Por ejemplo, en invierno nuestra piel necesita mucha más hidratación, y dependiendo de nuestra necesidad, fórmulas más nutritivas y de textura densa. Mientras que en verano, las altas temperaturas nos obligan a preferir rutinas mucho más ligeras y refrescantes. Así que según vaya comportándose tu piel, agrega, quita o cambia los productos que sean necesarios, ya que mantener una rutina estándar no es una obligación.
Usar productos después de su fecha de vencimiento.
Cuando abrimos muchos productos a la vez, es súper probable que no nos alcance el tiempo para usar todo antes de su fecha de expiración. Pero aunque sea difícil desperdiciar un producto, si este se ha vencido, lo mejor que podemos hacer es dejar de usarlo inmediatamente y tirarlo antes de seguir dañando nuestra piel.
Puede ser que más de alguna vez usáramos algo vencido y no nos haya pasado nada, pero al igual que con la comida, cada formulación tiene conservantes para mantener el producto en buen estado durante un periodo determinado. Pero cuando pasamos el límite, debemos saber que estamos frente a un producto que ya se ha contaminado, y estamos poniendo en riesgo nuestra piel. Para tener un mayor control, lo ideal sería anotar en una pequeña etiqueta adhesiva el día en que abrimos nuestro producto, y desde ese día contabilizar los meses de duración que nos quede, ya sea 3M, 6M, 12M, etc.
Aplicar los productos con movimientos bruscos sobre tu carita.
Muchas veces se nos olvida que la piel es nuestro órgano más importante, y deberíamos darle la importancia que merece. Y cositas tan simples como la fuerza que hacemos al aplicar nuestros productos, pueden influir directamente en el estado de tu rostro. Si tienes la piel sensible, debes ser aún más cuidadoso con esto, sobre todo cuando quieres exfoliar tu piel. Mayor fuerza, no significa mejores resultados, así que, cualquiera sea el paso que estés haciendo, la suavidad debe ser tu prioridad.
¿Y para ti, cuál es el mayor error que puedes cometer
en tu rutina de cuidado?
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