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Comenzar una rutina de cuidado de la piel es un paso importante en tu propio cuidado personal, así que, antes de que cometas ciertos errores, te dejaremos aquí con 5 acciones que te recomendamos hacer, y 5 que esperamos que evites por la salud de tu piel.
Lava el rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche, ya que es esencial para mantener tu piel libre de impurezas, evitando la aparición de impurezas y acné. Utiliza un limpiador suave adecuado para tu tipo de piel para eliminar el exceso de sebo y sudor por la mañana, y la doble limpieza durante la noche antes de irte a la cama.
No uses demasiados productos en tu piel. Recuerda que tu piel es un órgano “escudo” de protección frente al ambiente que nos rodea y no es capaz de distinguir si algo es bueno o malo de inmediato. El exceso de productos puede irritarla desencadenando alergias, dermatitis o sensibilidad.
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Exfoliar nuestra piel ayuda a acelerar la renovación celular de la epidermis, que, a medida avanzan los años y envejecemos, se hace cada vez más lenta. Como referencia, nuestras células epidermales en la adolescencia-adultez tienen un ciclo que dura aproximadamente 28 días, donde las células se terminan descamando, mientras ya pasados los 40 años, este ciclo puede variar entre 40 a 60 días.
Una vez que realizas este procedimiento, verás una piel más hidratada, iluminada y tersa, además de ayudar a prevenir la acumulación de células muertas que puedan causar queratosis o lesiones acneicas.
Pero la exfoliación debe ser hecha de manera gentil. De por sí ya la exfoliación es un proceso algo agresivo para la piel (fuerza la descamación), entonces si usamos exfoliantes con partículas abrasivas y agresivas como café, cuescos de frutas o frutos secos, o incluso azúcar, terminamos dañando la piel con micro fisuras que pueden aumentar el riesgo de infección además de la irritación cutánea.
Elige exfoliantes físicos tipo gommage o de microgránulos de polietileno, además de exfoliantes químicos de acuerdo al problema que desees tratar.
Ahora que ya sabes el rol de los antioxidantes tópicos en tu rutina, apuesto a que mueres por usar tu vitamina c, el retinoide que hayas elegido o la niacinamida que te recomendaron, porque lo sabemos! el efecto protector y preventivo es genial!. Pero…no vayas a hacer las combinaciones prohibidas, ok? porque luego tendrás ingredientes inutilizados y no verás los beneficios que se supone tendrías.
¿Como cuáles?
Nunca usar en la misma rutina un producto con ácido ascórbico y otro con péptidos de cobre, ya que el cobre es un metal que acelera la oxidación de la vitamina C cuando ambos se combinan en la misma rutina. Esto significa que si usas un producto que contiene tanto péptidos de cobre como vitamina C, es muy probable que la vitamina C se degrade al instante y pierda su eficacia, como si no te la hubieras aplicado.
Retinoides y ácidos exfoliantes. Si bien son ingredientes maravillosos y el retinol es un antioxidante trend, si en la misma rutina te exfolias y luego aplicas retinol, tu cara pedirá piedad de la irritación que tendrás. Lo mismo ocurre con la Vitamina C, que si bien no es un exfoliante, al tener pH muy ácido, dejará tu piel muy permeable al retinol y se podría irritar. Así que no los uses la misma noche, elige noches diferentes para usarlos.
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Un cosmético rico en ingredientes de origen botánico sin duda beneficiará a tu piel con todas las propiedades que las plantas, flores, frutos o vegetales pueden ofrecer a tu piel. Sin embargo, no siempre lo natural es más seguro.
Para aprovechar cada beneficio de estos extractos naturales, lo ideal será un producto cosmético formulado bajo los estándares de seguridad establecidos en cada país, lo cual asegura una manipulación e higiene necesaria. ¿Por qué? Principalmente porque aplicar recetas caseras o alimentos directamente al rostro, puede causar irritaciones, alergias o cualquier reacción adversa en tu rostro.
Por ejemplo, el limón, un clásico de internet es un fruto con múltiples beneficios, pero fotosensibiliza nuestra piel siendo capaz de provocar quemaduras graves si nos exponemos al sol, o con su acidez es capaz de irritar la piel provocando dermatitis.
Es preferible usar formulaciones que contengan esos mismos ingredientes botánicos ya balanceados en acidez, sintetizados y purificados para que la piel no sufra con su aplicación.
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Cada piel es un mundo nuevo y cada vez que incorporamos un nuevo producto existe la posibilidad de que nuestra piel no lo tolere bien y esta reaccione o se manifieste con la aparición de granitos, ardor o picazón por ejemplo.
Todas las combinaciones de productos son posibles si tienes un objetivo claro, si conoces bien tu piel, su tolerancia, y si estos productos o ingredientes se potencian entre sí o realmente beneficiarán tu rutina. Si tienes lo anterior claro y ya tienes varios productos nuevos que te interesa probar, ¡no te olvides de hacer test de parche! Es decir, probar en una zona pequeña de tu piel para asegurarte que el producto no te causa alergia o irritación. Si todo sale bien, entonces continúa con su uso.
Junto a lo anterior, evita a toda costa usar todo lo nuevo o desconocido el mismo día, la clave es darle a tu piel el tiempo o espacio suficiente para que puedas sentir si realmente le hacen bien los productos que le estás aplicando o si son ingredientes que podrían dañar tu tipo de piel. De esa manera, es más fácil reconocer cuando algo te da reacción para suspender su uso, y evitar problemas mayores como por ejemplo la dermatitis de contacto.
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Con estas recomendaciones muy sencillas, verás que poco a poco tu rutina irá mejorando y tu piel te demostrará que dándole pequeños gestos de cuidado, irá recuperando su salud y brillo natural.
Cuéntanos, ¿hay algo que hacías y ya no volverás a hacer?
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